El 8 de mayo de 2015 el entonces Gobernador de la Provincia Jorge Capitanich presentó un ambicioso plan para ejecutar en 12 meses y con un presupuesto de $104 millones un total de 2,4 km dobles (38 cuadras) en las avenidas Rosas entre Colectora Norte (Gobernador Bittel) y Azurduy, y Azurduy entre Rosas y RN11. Los $104 millones significaban unos U$11,5 millones, o sea $530 millones de hoy.
El objetivo era crear una nueva alternativa de circulación que lleve desde RN16 a RN11 uniendo varios barrios de la recientemente urbanizada zona Norte. Sin embargo, no contempló el trazado de los colectivos; con las lluvias de mayo de este año por ejemplo la línea 12 que se adentra en el barrio Don Santiago vio interrumpido su servicio por el mal estado de las calles, algo que este pavimento no hubiera solucionado. La línea 9 por su parte cambió el recorrido y ahora circula 3 cuadras por la avenida Azurduy y otras 3 de Rosas.
La obra debía iniciar en una semana y así se hizo. Se dividió en 5 secciones que se desarrollaban en simultáneo y avanzaban con distinto ritmo. De acuerdo al propio Capitanich en septiembre debería estar finalizada a excepción de 300 metros finales que incluían una compleja obra de entubamiento del arroyo Ojeda, la cual también comenzó. La marcha se desarrollaba con demora respecto a la fecha estimada, pero sin pausas, hasta que el domingo 20 de septiembre los chaqueños elegimos Gobernador resultando electo Domingo Peppo, por el mismo frente que Capitanich. A nivel nacional Scioli también de la misma línea que Capitanich se había impuesto cómodamente en las primarias y aguardaba las elecciones generales, en el marco de una economía que comenzaba a dar señales de agotamiento frente al modelo de incremento del gasto público para impulsar la demanda. Al día siguiente de las elecciones a Gobernador los obradores permanecieron vacíos, y nunca más retomaron la actividad, a excepción de la avenida Rosas que se inauguró en 2017.
Con una obra dividida en secciones quedó un popurrí de situaciones que analizaremos desde la colectora de RN16 hasta la RN11. El siguiente mapa sirve de referencia:
En el tuit manifestaba mi frustración porque tuve que explicar a un conocido cómo llegar a la casa de un pariente en el barrio Caraguatá por el camino rojo.
Avenida Rosas: marcada en rojo en el mapa. Había quedado casi concluida a excepción de los primeros metros del carril descendente, que de estar en obra habría impedido el acceso de los camiones al depósito de Musimundo (Carsa SA); también restaban detalles del parterre central. El pavimento terminaba abruptamente en la ochava con Azurduy, permaneciendo la intersección de ambas avenidas sin ningún tipo de trabajo. Un montículo de tierra impedía pasar del sector de hormigón al de tierra, por lo que en la práctica los vehículos circulaban por el carril descendente hasta la mitad del trayecto, en el cual se incorporaban mediante un hueco en la plazoleta al carril ascendente circulando en ambos sentidos hasta la colectora. Durante precipitaciones intensas el agua se acumula en el carril ascendente casi la totalidad del trayecto, permaneciendo en ella más de 24 horas finalizado el estío; queda en evidencia entonces el pobre trabajo realizado en los desagües pluviales.
Azurduy entre Rosas y Antequeras: primer tramo marrón y primer tramo naranja. Los primeros 40 metros no hay obras de ningún tipo (fotos 1 y 2). Luego el carril descendente quedó casi concluido (foto 3), sin embargo no podía utilizarse puesto que antes y después de la intersección con Antequeras —lado sur— dos secciones de no más de 10 metros donde el hormigón desaparecía quedando a la intemperie los hierros que hermanan los distintos bloques de concreto. A su vez en el carril ascendente se había removido la tierra dificultando enormemente el acceso desde las calles ubicadas al Norte. Los vehículos casi no utilizaban el carril listo, a excepción de la primer cuadra, ocupando en su lugar las calles de tierra del barrio Bancario ubicado al Norte de la avenida. Fue una verdadera suerte que ningún conductor ajeno al barrio no haya terminado incrustado en los hierros durante la noche, ya que la deficiente iluminación no ayudaba a distinguir los huecos en el pavimento.
Azurduy entre Antequeras y Taco Pozo: segundo tramo marrón en el mapa. En el carril descendente no hubo actividad y permitía una circulación casi normal como si no existiesen obras, mientras que en el ascendente se efectuaron varios pozos —algunos de ellos con la primera y segunda capa de concreto— que alcanzaban incluso las bocacalles. Los pozos se llenaron de agua con las lluvias y los vecinos del Mapic (al Norte de la Azurduy) no podían acceder normalmente a sus casas. Un pequeño tramo de 40 metros entre Heraclio Pérez y Charadai tiene incluso el hormigón terminado (foto 7), aunque los pozos antes y después (fotos 6, 8 y 9) tornan inviable su uso. El carril descendente con el paso de las máquinas y la sobrecarga de todo el tránsito fue perdiendo el ripio y en algunos sectores los coches y sobre todo las motos patinaban peligrosamente en la calzada barrosa. La cuadra entre Pasaje María Moisán y Taco Pozo no tiene ningún tipo de trabajo en ninguno de los dos carriles.
6. Primer «estanque» en calzada ascendente 7. Tramo de hormigón no aprovechado en calzada ascendente 8. Segundo estanque 9. Bajo junto a la escuela del barrio Mapic 10. Intersección con agua, 3 semanas después de última lluvia
Azurduy entre Taco Pozo y Ciervo Petiso: único tramo rojo en avenida Azurduy en el mapa. Taco Pozo es una avenida perpendicular a Azurduy a mitad de camino entre Rosas y la RN11. Hacia el Sur su tránsito está interrumpido por el arroyo Ojeda, y hacia el Norte avanzaba apenas 100 metros sobre el Mapic, ya que en su lado Noroeste estaban en construcción las viviendas para relocalizar a los habitantes del Barrio Toba que no entraban en sus hacinadas viviendas multifamiliares. Si bien en ese momento parecía una calle es en realidad una avenida, y la intersección con Azurduy se presentaba igual que la intersección con Rosas: sin ningún tipo de trabajo. En cambio las siguientes 2 cuadras quedaron finalizadas (foto 12), con un tránsito óptimo a excepción de los días de lluvia en los que el agua inunda amplios sectores de la calzada (foto 11). Este sector comenzó a poblarse al terminarse muchas de las viviendas donde se instalaron los relocalizados del barrio Toba.
11. Azurduy y Capitán Solari con agua permanente 12. Azurduy desde Taco Pozo, único sector terminado
Azurduy entre Ciervo Petiso y RN11: pasando 10 metros la esquina de Ciervo Petiso termina el pavimento en la calzada descendente (foto 13). Al pasar Fuerte Esperanza la calzada descendente desaparece quedando solo la ascendente (foto 14). Entre Ciervo Petiso y Fuerte Esperanza sí continúa el hormigón completo del carril ascendente, pero al pasar Fuerte Esperanza esta calzada queda limitada a un solo carril, de manera que no pasan dos autos por el pavimento (foto 14). A la altura de la calle Makallé la avenida permanece de tierra sin señales de alguna obra realizada. El encamisado del arroyo quedó a medio hacer, con los hierros sobresaliendo de las 3 paredes de hormigón pero sin tapa (fotos 16, 17 y 20), mientras que unos 50 metros antes de la RN11 y unos 100 metros después de ella sí se ve el encofrado listo (fotos 19, 21 y 22). Estos últimos 500 metros no tienen ninguna urbanización hacia el Norte, y hacia el Sur el canal del arroyo Ojeda impide la comunicación de las últimas estribaciones del Don Santiago con la avenida.
13. Azurduy pasando Ciervo Petiso, termina pavimento en calzada descendente 14. Comienza reducción de calzada hormigonada pasando Fuerte Esperanza 15. Montículo de basura al final del hormigonado 16. Inicio del sector con encofrado incompleto de arroyo Ojeda 17. Último sector con encofrado incompleto, luego está terminado 18. Viejo cruce del arroyo bajo RN11 19. Se puede caminar por el encofrado terminado 20. Encofrado incompleto visto desde sector terminado 21. Encofrado del arroyo Ojeda pasando RN11 22. Vista del cartel del autódromo desde el sector con encofrado terminado
Trabajos posteriores
En 2017 al acercarse las elecciones de medio término alguien notó la posibilidad de inaugurar con poca inversión las 5 cuadras de avenida Rosas, y así se hizo, completándose en julio del mismo año. El desagüe quedó en las mismas condiciones, así que se sigue inundando. En el sector donde se unen la calzada de tierra con el hormigón la fuerza del agua que llega desde Azurduy hacia Rosas socava continuamente la tierra dejando un peligroso hueco que obliga a los vehículos a ir en sentido ascendente en contramano o por la vereda de los galpones del Desarrolo Social ubicados a la derecha, que no cuentan con una guardia que cuide la vereda de las acciones de los desesperados conductores. Pasado unos días se corrige con un nuevo agregado de tierra y el ciclo vuelve a empezar.
En la Azurduy por su parte se trabajó en cubrir con tierra los pozos en el hormigón (fotos 23 y 24), habilitándose completamente el carril descendente, mientras que el ascendente quedó definitivamente anulado, dando la impresión de ser una vereda muy ancha (foto 3). También se perfilaron las calles perpendiculares a su paso por dicho carril para facilitar el acceso de los frentistas. La línea 9B pudo así modificar su recorrido que circula por el hormigón nuevo de Azurduy hasta el Pasaje Crisanto Domínguez donde dobla para llegar al barrio Parque Caraguatá. Quienes nacimos en los ’80 o antes recordamos los años que permanecieron las avenidas Hernandarias y Marconi con esa fatídica calzada única resuelta recién a fines de los ’90, para que no extrañemos los más grandes y las nuevas generaciones conozcan esa parte fundamental de nuestra historia.
23. Primer pozo tapado en Avenida Azurduy 24. Segundo pozo tapado en Azurduy
En el lanzamiento de la obra Capitanich había mencionado que tenía financiamiento asegurado, cuesta creer que alguien con el entendimiento de las finanzas que tiene el ahora intendente no haya previsto que los recursos no alcanzarían para culminarla. La obra se abandonó sin otra explicación que el corte de financiamiento nacional ante el cambio de Gobierno; aun cuando está claro por las propias declaraciones del ex Gobernador que el plazo previsto era casi totalmente antes del cambio de gestión. Si el Gobernador sabía que ante un cambio de gestión la obra podía quedar inconclusa ¿no correspondía otra forma de encarar? Si hubieran concentrado los recursos en los primeros 1000 metros hoy podría estar jactándose de una hermosa avenida que se truncó por «la desidia del Gobierno Nacional», en línea con uno de los argumentos preferidos del actual intendente; pero el estado es tan calamitoso que casi que no se animan a hablar del tema, si hasta la inauguración de la avenida Rosas pasó casi desapercibida.
Desde diciembre de 2015 el Municipio ha ejecutado unas 300 cuadras, mientras que la Dirección Provincial de Vialidad completó 200 en Resistencia, de las cuales 5 corresponden a la avenida Rosas. 22 cuadras es lo que resta para finalizar, el 10% de lo que ha hecho DVP, un 7,5% de lo concretado por el Municipio. Si limitáramos al sector urbanizado serían solamente 16 cuadras para culminar la obra. Sin embargo por algún motivo difícil de desentrañar la Provincia y el Municipio han considerado más prioritario hacer otras 500 cuadras desde cero que terminar esta obra que hace solamente 4 años y con casi las mismas personas al frente de la administración era más importante que esas 500 cuadras.